Cuándo una Mujer detiene su afán, el entorno y calla aún sus propias demandas. Para emprender un viaje a su interior y conocer quien realmente es; puedo afirmar que esa mujer jamás regresará igual. Ese valiente encuentro llamado por los especialistas como Introspección. No es otra cosa que: “La capacidad que tiene todo ser humano para mirar dentro de si mismo.”
Ese viaje es una cita cara a cara, con nuestro valor, estima, y capacidades. Es un momento crucial y libertador. Sobre todo, en los casos en que hemos necesitado, de la aprobación de los demás, como único medio para nuestra afirmación al caminar. Y de manera inconsciente, hemos delegado errónea y catastróficamente en otras personas, la función de valorarnos, amarnos y cuidarnos.
El aceptar quienes somos y el valor que tenemos, tiene que ver mucho con el éxito. Pues en gran medida comenzamos abrazar con libertad nuestras, habilidades, talentos, sueños, y personalidad. Y de inmediato, salimos de una esclavitud mental e iniciamos el camino hacia el empoderamiento de nuestra identidad, y propósito. Nuestra renovación de pensamiento y liberación se fundamenta en el amor de Dios. Meditando en su palabra nos daremos cuenta, que ese viaje interno es necesario.
En esta nueva etapa de tu vida, tendrás que aprender a soltar. Y aunque muchos se molesten, otros se alejen y algunos pretendan detenerte, es ahí cuando; tu convicción, valor y tu nueva identidad como persona deben ser la plataforma para avanzar. Yo te aseguro que te sentirás confiada, segura de ti misma y de los planes que Dios tiene para ti. Porque a pesar de las pérdidas y las luchas durante el proceso, experimentarás como nunca y para siempre el precioso valor que como Mujer tienes.
“Cambien su manera de pensar, para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir lo que es bueno, lo que es grato lo que es perfecto”
Romanos 12:2 DHH
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