El Diccionario de la real academia (DRAE) define ancla como: “Instrumento de hierro formado por una barra de la que salen unos ganchos, que, unido a una cadena se lanza al fondo del agua para sujetar la embarcación.” Otra definición, hace énfasis en que se usa para que el barco quede inmóvil, a pesar de la corriente. ¿Cuanta similitud tenemos con un barco “inmóvil” cuando nos estancamos?
En la mayoría de los casos, es difícil darnos cuenta que estamos estancados. Todo eso se debe a una zona de confort, que sutilmente abrazamos y nos acostumbramos a vivir. Dejando pasar las oportunidades o los cambios positivos que la vida nos presenta. Esa asfixiante y silenciosa enemiga de las oportunidades, ha dejado millones de sueños muertos, ideas frustradas, talentos sin descubrir y también muchos arrepentimientos y lágrimas.
La zona de confort es una enemiga declarada, de la superación y el éxito, nos presenta los cambios como una terrible decisión o simplemente como algo que no podemos realizar, por falta de conocimiento, dinero , y tiempo. Yo puedo testificar, que una vez derrotada, crecemos sin parar. Conquistamos sin mediar palabra, lugares increíbles donde Dios nos tiene preparadas cosas hermosas.
¡Hoy te invito! A que despiertes, posiblemente “tu ancla” sea el temor a emprender algo nuevo, una relación tóxica que no te deja avanzar, una autoestima lastimada que te descalifica, fracasos del pasado, las críticas o las burlas de los que te rodean. Sea cual sea el Ancla que te impide navegar, ¡cortala y déjala! Mientras no avances jamás te darás cuenta que hay una potencia en ti, para desarrollarte, y triunfar.
“Cortaron las cuerdas de las anclas y las dejaron caer en el mar.”
Hechos 27:40 NBV
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